Читать книгу La pandemia de COVID-19 y los cambios en las condiciones de vida онлайн
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Por último, en cuanto a la convivencia en el planeta, resulta alarmante señalar que, de los veinticinco conflictos armados registrados en el mundo en el 2018, diez siguieron activos en el 2019. Se contabilizaron 385 000 muertos en la guerra civil en Sudán, desde el 2011; al menos 131 000 muertos en la guerra en Afganistán, desde el 2001; y al menos 100 000 muertos en la guerra contra el narcotráfico en México (Aragó, 2019). Por no hablar de la continuidad del asesinato de líderes sociales y excombatientes de las farc en Colombia, lo cual pone en entredicho la voluntad de paz de las élites colombianas (ccj, 2018).
En lo referente al volumen de asesinatos en el mundo, el estudio global de homicidios del 2019, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (unodc), señala que las tasas globales han disminuido un poco en el último cuarto de siglo, pero esta disminución no se ha debido a la reducción del número de homicidios, sino al aumento de la población mundial. Para el 2017, hubo 6,1 víctimas de homicidio por cada 100 000 habitantes. Cabe resaltar que, para ese mismo año, se registraron 87 000 feminicidios, con un aumento del número de mujeres asesinadas por sus parejas o familiares cercanos; el informe es enfático en afirmar que el hogar es el lugar más peligroso para las mujeres (unodc, 2019). Todo esto permite reiterar que la normalidad que hemos estado viviendo es claramente inadecuada, por no decir, es perversa.