Читать книгу La democracia a prueba. Elecciones en la era de la posverdad онлайн

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Además, concluye que las bajas aplicadas por fallecimiento se acercan cada vez más a las defunciones totales que reflejan las estadísticas vitales del país, lo que implica que conforme van ocurriendo los decesos, éstos se actualizan en los registros del INE.

A su vez, la demógrafa María Estela Rivero analizó la incorporación tardía de la población juvenil al padrón electoral. Su estudio reveló que la inscripción de los ciudadanos que tienen de 25 a 34 años ocurrió en promedio a los 18 años nueve meses y 21 días de edad, lo que significa que el grueso de la población se inscribe en el padrón en el primer año en el que tiene derecho al voto.66

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Como puede verse, los estudios elaborados por especialistas externos al INE confirman la calidad del padrón electoral y la lista nominal de electores que, a lo largo de los años y gracias a un esfuerzo institucional y la inversión sostenida de recursos públicos, ha conseguido México.68

La democracia tiene importantes puntos de contacto con la demografía, pues finalmente se trata de un sistema político donde el pueblo ejerce la soberanía al elegir a sus gobernantes y a quienes le representan. Otro punto de encuentro lo ofrece la manera en que se construyen las circunscripciones del voto, como se verá páginas más adelante. Primero, valga atender un asunto delicado, con amplia repercusión mediática, y que por ello no debe eludirse: la seguridad de los datos de los ciudadanos inscritos en el padrón que resguarda el INE.


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