Читать книгу La democracia a prueba. Elecciones en la era de la posverdad онлайн

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En México las elecciones están sirviendo para su propósito fundamental de permitir la renovación periódica y pacífica de los puestos de gobierno y de representación popular, pero los más diversos estudios de opinión confirman un bajo aprecio social por la democracia. Ello se explica porque la valoración de la democracia no se reduce al desempeño electoral. El estudio Latinobarómetro 2018 alerta que, si ya en América Latina el grado de satisfacción con la democracia es bajo (24%), en México es aún peor (16%). Nuestro país se encuentra en el tercio inferior de la región con respecto a la idea de que, a pesar de sus dificultades, la democracia es la mejor forma de gobierno, pues esa opinión la comparte el 65% de los latinoamericanos (81% en el caso de Colombia) y sólo el 55% de los mexicanos. Pero ello, a su vez, no puede disociarse de la evaluación que se hace de la situación económica: mientras que en América Latina 12% de la población considera que la situación económica actual de su país es buena o muy buena, sólo el 9% comparte ese punto de vista en México.3 Para decirlo en una nuez: los malos resultados económicos lastran el aprecio por la democracia.


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