Читать книгу Manual práctico de criminología aplicada. Contiene Formularios de Informes y Dictámenes онлайн
130 страница из 172
Pero ¿cuál es el objeto de la técnica del perfilado criminal? ¿Cuáles son los modelos más asentados? ¿Qué utilidad tiene para la investigación criminal? ¿Qué aporta que no lo haga ya la propia metodología de investigación policial? ¿Qué limitaciones tiene la técnica y debemos tener en cuenta? Estas son algunas de las preguntas a las que trataremos de dar respuesta a lo largo de este Capítulo, ya que es de vital importancia entender la finalidad y la base en la que se sustenta esta disciplina para poder realizar un informe de perfilado adecuado.
II. EL PERFILADO CRIMINAL
Durante las tres últimas décadas se han identificado varias corrientes dentro del estudio del perfilado criminal y cada una de ellas ha dado una definición a la técnica usando diferente terminología, especialmente anglosajona (criminal profiling, offender profiling, investigative psychology, psycologychal profiling, evidence-based profiling, entre otras), y teniendo en cuenta ejes centrales diferentes, ya sea el análisis de la escena del crimen, el análisis del comportamiento del criminal o, por último, la predicción de las características del delincuente (SOTOCA, GONZÁLEZ y HALTY, 2019)ssss1. No obstante, de todas estas definiciones subyace la idea de que en cualquier hecho delictivo están presentes una serie de comportamientos y que el estudio y análisis de estas conductas permite realizar inferencias en cuanto a cuál sería el tipo de delincuente que, con mayor probabilidad, haya cometido el crimen (JACKSON y BEKERIAN, 1997)ssss1. Esta característica de la técnica se ha revelado especialmente útil en casos en los que o no se han conseguido encontrar evidencias objetivas de la autoría del hecho o bien, tras haberlas recogido y analizado, han resultado inconclusas (PALERMO y KOCSIS, 2005; KONVALINA-SIMAS, 2016)ssss1. Además, el perfilado criminal ha mostrado su utilidad en investigaciones de delitos con componente violento o en los que haya tenido lugar una fuerte interacción entre la víctima y el autor, principalmente en homicidios y agresiones sexuales. También en aquellas investigaciones en las que existe duda en relación con la causa misma del hecho, como es el caso de las desapariciones de alto riesgo o las denominadas muertes de etiología equívoca.