Читать книгу Una arquitecta del cambio social desde el activismo y las políticas públicas. Testimonios de rutas compartidas con Isabel Martínez Lozano онлайн
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El segundo paso será señalar que el único representante de ese pueblo puro y salvífico es él mismo, el líder o el movimiento. Que los líderes populistas reclaman para sí el monopolio de la representación del pueblo ha encontrado una expresión ya popularizada en la frase del presidente Turco Recep Tayyip Erdogan “nosotros somos el pueblo, ¿quiénes sois vosotros?”. Fórmulas similares son habituales en todos los líderes nacional-populistas. Así, por ejemplo, Orban refiriéndose a la progubernamental “marcha por la paz”: “El pueblo defendió nuestra soberanía nacional contra el mundo financiero internacional, los burócratas de Bruselas y las grandes compañías internacionales”ssss1. Nigel Farage celebró el referéndum del brexit como una “victoria del pueblo real”, lo que obviamente significa que el 48% del electorado británico que voto por la permanencia en la UE no forma parte de ese pueblo. Mientras, Marine Le Pen hizo toda su campaña atacando a “las elites globalistas” bajo el eslogan “en el nombre del pueblo”. Norbert Hofer, el líder del Partido de la Libertad austriaco apuntaba que su rival tenía el apoyo de la “alta sociedad” mientras que él tenía el del “pueblo real”. Más claro aún en esa identificación del pueblo y el líder y en su oposición a una elite corrupta gobernante es Trump: “lo único importante es la unidad del pueblo, porque la otra gente no significa nada […] yo soy vuestra voz […] la pregunta es quién queréis que os gobierne, la clase política corrupta o la gente”ssss1. No le hace falta especificar el implícito, con resonancias del Rey Sol, de “la gente [el pueblo] soy yo”.