Читать книгу Menores y justicia Juvenil онлайн

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Desde postulados psicologicistas hay que aceptar cambios evidentes en las diferentes maneras de concebir el mundo y la identidad personal. Las premisas de la psicología evolutiva y de la criminología del desarrollo, deben de ser revisados pues no pueden vivir en un mausoleo de conocimiento añejo y como esclavos impertinentes de su nostalgia resistirse a cambiar. Cada vez hay menos tiempo para la infancia y la inocencia, la adolescencia se prolonga hasta edades insospechable (nadie quiere ser mayor, los adultos se disfrazan de adolescentes hasta acuñarse el término de “sugar daddy” rozando la pederastia, el problema social es que si nadie quiere ser el adulto ¿quién firma entonces?; la vida adulta se acorta debido a las dificultades en la inserción dentro del mundo laboral y senectud se prolonga hasta el marasmo debido a los avances de la medicina en general.

Un acercamiento mas social nos muestra que los adolescentes prefieren identificarse con Joker antes que a la figura justa de Batmanssss1; tiene más atractivo interpersonal el “malote o la malota” que el “gafapasta”ssss1 y vivimos en una sociedad que prefiere los extremos. El “vale todo” como extremo deporte, los radicalismos políticos, el sexo extremo etc. Donde los antiguos esquemas de la psicología evolutiva, basados en las competencias o destrezas de desarrollo y sus fases, se han quedado obsoletos para el tema que nos ocupa.

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