Читать книгу La Seguridad Hídrica. Desafíos y contenido онлайн

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En general me parece que la adopción de indicadores es esencial para la medición del grado de SH que pueda existir en un país o región geográfica y para que, consiguientemente, la SH no sea un concepto vacío, pero hay que evitar que se cree una dinámica que conduzca en la práctica a la adopción de decisiones en función de lo que resulte meramente de concretos indicadores. Estos pueden ser una ayuda muy valiosa en ese proceso, pero su configuración como algo puramente mecánico, reglado en su concepción y en sus resultados, puede llevar a cometer errores groseros dado que no es mecánico o reglado sino enteramente discrecional el proceso de configuración de esos indicadores incluyendo su valoración interna y su posición relativassss1. En última instancia hay que constatar también que en su mayor parte los indicadores guardan relación con países en estado de subdesarrollo, no, precisamente, del primer mundo en el que los indicadores tradicionales tienen mucha menor importancia dado el estado potente de sus economías que pueden relativizar –por esa misma potencia económicassss1– el número escaso, quizá, de los propios recursos hídricos (o su conocimiento, con esos déficits permanentes de información sobre las aguas subterráneas que muy trabajosamente se van rellenando) así como su irregular distribución dentro del país. Motivo de más para guardar una elemental precaución ante indicadores que pueden reflejar no exactamente la real valoración del tipo de componente para el que se han creado.

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