Читать книгу Los préstamos de la ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario y sus garantías онлайн
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Me encarga Santiago Hidalgo, mi compañero en esta nuestra Academia vallisoletana, buen amigo desde hace tiempo, la elaboración de un Prólogo para incorporarlo a su trabajo sobre “Los préstamos de la Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario y sus garantías”. Tarea que le agradezco pues no son muchas las veces en que se me ha confiado tan gratificante labor.
Con ocasión de la dirección de una tesis doctoral, plasmada en la consiguiente publicación, ya mencioné que todo universitario, de natural urbano, para realizarse plenamente como docente y persona debía tener un hijo, escribir un libro –en mi juventud me entregué con fruición a ambas tareas– y dirigir una tesis como alternativa a plantar un árbol. La vocación universitaria debe completarse, a mi juicio, con la mención a escribir un Prólogo aunque otras veces me he desentendido de su gran importancia.
Asumiendo su relevancia la encomienda debe integrar, conforme a los usos universitarios, dos presupuestos. El primero, ya esbozado, es el agradecimiento al amigo por el encargo. Es evidente que la autoría del Prólogo entroniza de alguna manera al prologuista y le ubica, al menos eso se cree él, en un plano de superioridad intelectual aun en la conciencia de que el encargo, y en este caso la sensación se acrecienta, es fruto de la cercanía con el autor. No obstante, algo pueden haber influido mis desvelos por indagar en las interioridades del nuevo derecho de consumo y en difundir las excelencias de los pronunciamientos de la Sala 1ª- del TS, a menudo injustamente denostada, y que persistentemente se encuentran encaminados a lograr un punto de equilibrio entre los confusos intereses en juego de cuya regulación el legislador con irritante frecuencia abdica.