Читать книгу Los préstamos de la ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario y sus garantías онлайн

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Obsérvese además, que no necesariamente se trata de préstamos para la adquisición de este tipo de bienes, sino que, aunque sean con finalidad distinta, estén garantizados con hipotecas que recaigan sobre ellos: claro es que lo más habitual es que el préstamo se solicite para adquirirlo y que sea ese mismo bien el que se hipoteque, pero lo esencial aquí no es la finalidad del préstamo, sino el bien objeto de la hipoteca.

La otra posibilidad es que no se trate de un bien de este tipo, en cuyo caso también se aplicaría la ley sin necesidad de garantía hipotecaria, siempre y cuando el prestatario o cualquiera de los sujetos que intervengan en la parte prestataria (fiadores o garantes) sean personas físicas que tengan la condición de consumidor.

Enseguida se ha de ver que la solución del problema del ámbito de aplicación de la Ley está plagado de escollos.

Así el artículo 1 de la LCI al definir el objeto de la ley mantiene esa misma denominación, no utilizando la de vivienda:

“Esta Ley tiene por objeto establecer determinadas normas de protección de las personas físicas que sean deudores, fiadores o garantes, de préstamos que estén garantizados mediante hipoteca u otro derecho real de garantía sobre bienes inmuebles de uso residencial o cuya finalidad sea adquirir o conservar derechos de propiedad sobre terrenos o inmuebles construidos o por construir”.

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