Читать книгу Espiados. Un agente: Marcelo D'Alessio. Un juez: Alejo Ramos Padilla. El poder argentino, en jaque онлайн

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Se podría decir que sufría de las características del efecto Dunning-Kruger, es decir, aquel sesgo cognitivo según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimiento padecen un sentimiento de superioridad ilusorio. Se consideran más inteligentes de lo que son, midiendo incorrectamente su habilidad por encima de lo real. Nobleza obliga, ese mismo efecto lo padecieron varios imputados más.

Depende quién lo describa y el momento en que lo haga, Marcelo Sebastián D’Alessio podía tener diferentes personalidades. Por ejemplo, el fiscal Carlos Stornelli detalló ante el juez Ramos Padilla que era “cordial en demasía; obsecuente, hablador, charlatán y exagerador”; y que lo había conocido por “expresa recomendación del periodista Daniel Santoro”7. Reconoció que D’Alessio le había dicho que trabajaba para una embajada vinculada a los Estados Unidos y que era esta la que le pagaba un sueldo. Según el funcionario público, se conocieron en octubre o principios de noviembre de 2018; aunque la evidencia indicaría que la relación comenzó mucho antes. No eran amigos y el trato, en teoría, era distante y esporádico.

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