Читать книгу El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina онлайн
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Considero imprescindible poner en evidencia que muchos de los cambios en lo que al dinero se refiere, no son cambios de fondo sino sólo son modificaciones cosméticas que tranquilizan la conciencia de mujeres y varones. Ellas, porque sus pretensiones de autonomía suelen generarles múltiples conflictos internos. Y ellos porque temen perder autoridad —además del privilegio de ser quienes deciden— en esto de compartir el poder que otorga el dinero. Mujeres y varones siguen sin haber encontrado una manera satisfactoria en el pasaje de la dependencia a la autonomía compartida. Ambos suelen estar un tanto desorientados en lo que al reparto de dinero respecta, pero suelen disimular esa desorientación con cambios gatopardistas. Se llama gatopardismo a la estrategia de poder que consiste en permitir algunos cambios de superficie para perpetuar el sistema. Este término proviene de la novela de Lampedusa, El Gatopardo, que muestra a la sociedad siciliana en la época de la lucha garibaldina dejando en claro que ceder algunos privilegios en la superficie permite perpetuar el sistema de fondo. Es así como muchos hombres y mujeres insisten en sostener que se produjeron grandes cambios por el hecho de que ellas aprendieron a ganarlo y ellos aceptaron delegar algunas decisiones. Los cambios de fondo se producirán realmente cuando las mujeres y los varones se animen a revisar el modelo de poder que han incorporado y que siguen avalando a veces de manera inconsciente. Muchos varones se resisten a revisar el modelo porque no están dispuestos a perder los privilegios que otorga la administración del dinero. También muchas mujeres se resisten porque intentan evitar el conflicto que les genera el choque entre las prácticas del dinero y el ideal de feminidad que fueron absorbiendo con los condicionamientos de género instalados por la cultura patriarcal. Como si esto fuera poco, los varones, asustados por la pérdida del privilegio que les daba la administración de los recursos económicos, no suelen colaborar con las mujeres en re-pensar una manera distinta que sea más paritaria y más solidaria.