Читать книгу El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina онлайн
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Y por último, en relación con el amor y la pareja, quiero insistir con algo tan simple como evidente: que la superficie es consecuencia del basamento en el que se apoya. En otras palabras, que la manera de transitar la pareja y el amor es consecuencia necesaria del modelo que subyace al vínculo. Se trate de mujeres o de varones, no es lo mismo amar al «otro amado» desde un modelo patriarcal que desde un modelo paritario. No es lo mismo asumir los roles sociales necesarios para el desarrollo humano desde la imposición social que supone que la protección es una exclusividad masculina y la contención una exclusividad femenina. No es lo mismo para la salud y el divertimento de la pareja concentrar a la mujer con exclusividad en la crianza de la prole y las tareas domésticas mientras se legitima para el varón un amplio espectro de relaciones amorosas y atenciones hogareñas. No es lo mismo aceptar como natural el modelo de la doble moral sexual, propia del patriarcado, que desde hace siglos estableció que hay mujeres para gozar y otras para procrear. De la misma forma que no es lo mismo que los varones desconozcan que la sexualidad femenina es multifacética y por lo tanto, no reside exclusivamente en la penetración. Varones y mujeres quedan prisioneros en la trampa de estas imposiciones patriarcales. Ellos suelen sentirse obligados a rendir un permanente examen de virilidad a riesgo de quedar borrados del universo. Y ellas soportando insatisfacciones que a veces intentan disimular para atemperar los conflictos masculinos. Abreviando, no es lo mismo transitar la vida de pareja y alimentar el amor cuando las diferencias entre los géneros promueven privilegios en unos a expensas de los otros y se conciben en términos de jerarquía que cuando subyace un modelo paritario que valora las diferencias y se enriquece con ellas.