Читать книгу El sexo oculto del dinero. Formas de la dependencia femenina онлайн

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Me parece muy importante develar el error, bastante frecuente, que consiste en creer que el modelo patriarcal es patrimonio masculino. No es novedad que los seres humanos transitamos juntos los caminos de la cultura y todos mamamos la misma tradición imperante en ella. Las culturas autoritarias y jerárquicas promueven personas autoritarias y jerárquicas en ambos géneros aunque cada uno de los géneros encuentre una modalidad diferente de poner en práctica dicho autoritarismo jerárquico.

Voy a recordar, muy sintéticamente, que se llama patriarcado a un modelo de vínculo entre los géneros que se caracteriza por concebir las diferencias entre ellos en términos jerárquicos. Es decir, se da por sentado que existe una escala jerárquica, a la que se considera de origen natural, en cuyo escalón superior se instala a los varones de la especie. Es una manera de clasificar a los seres humanos en superiores e inferiores. Dentro de este modelo la paridad no tiene lugar y por lo tanto, tampoco la solidaridad. Es un modelo de poder que hemos mamado tanto las mujeres como los varones porque ambos estamos dentro de la cultura patriarcal. He podido comprobar que aquellos hombres y mujeres que se animan a revisar el modelo llegan a estar en mejores condiciones para construir un entramado de vínculos con mejor calidad de vida. Ambos dejan de confundirse y las mujeres ya no necesitan «invertir la jerarquía» para sentirse libres así como tampoco los varones necesitan reafirmar permanentemente su virilidad.

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