Читать книгу Los animales nos enseñan…. 183 meditaciones para niños pequeños онлайн

23 страница из 44

–¡Pues es un animal muy flojo! –dijo Magui.

La abuela Rosita pasaba por allí y escuchó la discusión que tenían los hermanitos. Entonces sacó un libro de animales y buscó entre sus páginas a un animalito que estaba colgado de la rama de un árbol, llamado “perezoso”.

–¡Ya ves! –exclamó Magui–. Te dije que es muy flojo.

–No, Magui, el perezoso no es flojo. Lo que pasa es que se alimenta de hojas, de tallos y de brotes. Como estos alimentos no son suficientes para mantenerlo activo, el perezoso debe distribuir sus energías; por eso su metabolismo es lento, al igual que él.

–¡Ah! Yo pensaba que dormía y no hacía nada por flojo –dijo Magui.

–Cuando tu hermanito crezca podrá realizar todas esas cosas. Cuando tú eras pequeña tampoco podías hacerlas y eso no significa que hayas si­do como el perezoso –explicó la abuelita.

–Perdóname, Betito. Te prometo que ahora te enseñaré y te ayudaré a hacer las cosas que no puedas hacer –dijo Magui.

Jesús desea que los niños cumplan con sus responsabilidades con el me­jor esfuerzo.

Правообладателям