Читать книгу Más allá del ayer. Misioneros en África para Jesús онлайн

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¡Había llegado a la meta de mi viaje! Este había sido el desafío: las expectativas se habían cumplido. No sé durante cuánto tiempo permanecí en cuclillas, ensimismado, recordando lo que había sido y lo que ya no era más...

–No estés triste... –dijo Gatai con voz suave.

–Gracias –fue lo único que logré musitar.

Estaba emocionado ante estos mudos testigos. Ellos me hacían recordar a los intrépidos pioneros, quienes habían venido a este país para traer al pueblo liberiano el mensaje de un Redentor que los ama. Entre ellos estaban mis propios padres. Su confianza en Dios había sido más fuerte que el temor a los nativos incivilizados; más fuerte que el miedo a la selva, los animales salvajes y al calor tropical. Habían puesto fundamentos, con la certeza de que, con la ayuda de Dios, otros se encargarían de la cosecha.

Con el tiempo, las estaciones misioneras –sencillas, aunque bien organizadas– se desarrollaron. Seminaristas nativos, hijos de la misma tierra, fueron entrenados como pastores y continuaron con la labor. De los vacilantes comienzos resultaron escuelas reconocidas, una universidad, un hospital y una gran cantidad de iglesias adventistas en todo el país.

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