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Parte III: El sábado de la creación

1. Objeciones y objetores al sábado de la creación

Las teorías sobre el origen del sábado que acabamos de ver reflejan las conclusiones de la critica reciente. Pero, por extraño que parezca, la relación entre el sábado y la Creación ya había sido impugnada desde mucho antes por sectores tan “conservadores” como los judíos de Palestina, los Padres de la iglesia, algunos reformadores y, más recientemente, los modernos dispensacionalistas. ¿Cuáles son las razones de ese continuo rechazo, a lo largo de los siglos, del origen edénico del sábado a pesar de las reiteradas declaraciones del Pentateuco (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:11; 31:17)? Son varias. Veamos brevemente algunas de las principales.

Crisis de identidad.

Esta noción del sábado como una institución exclusivamente judía establecida no en la Creación y para toda la humanidad, sino por Moisés y para Israel solo, hace aparecer a Dios como culpable de favoritismo y discriminación. Debemos decir, en honor a la verdad, que esta concepción representa solo una tendencia del pensamiento judío, desarrollada tardíamente al margen de la tradición original. Surgió en oposición al concepto del sábado en el judaísmo helenístico (griego), en el que se lo consideraba como un legado dado en la Creación a la humanidad entera. De hecho, incluso en la literatura palestina (tanto apocalíptica como rabínica), hay abundantes menciones a Dios, Adán, Set, Abraham, Jacob y José como fieles observadores del sábado.62

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