Читать книгу Reposo divino para la inquietud humana онлайн

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Nuestro estudio nos ha mostrado que, según el consenso unánime de las Escrituras, el origen del sábado está fundamentado en los eventos de la Creación y señala la inauguración de la historia humana. ¿Cuáles son algunas de las implicaciones prácticas de esta enseñanza bíblica? En primer lugar, significa que la observancia del sábado no es una ceremonia temporal judía, sino una disposición permanente destinada a todos los hombres.181 En segundo lugar, significa, como dijo de un modo tan bello Elizabeth E. Platt, que los seres humanos “tenemos nuestras raíces arraigadas en el sábado, y que este nos pertenece según el plan de Dios, desde el Génesis hasta la Eternidad”.182 En tercer lugar, significa que nuestras raíces ancestrales tienen un origen noble y bueno, pues se afirman en Dios mismo. Por último, significa que nuestro mundo y nuestra existencia son valiosos porque no son un producto del azar sino una creación personal de un Dios que nos ama.183

Es cierto que ya no vivimos en aquel principio perfecto, sino en un imperfecto intermedio: un tiempo lleno de injusticia, codicia, violencia, corrupción, sufrimiento y muerte. Rodeados por el caos y el desorden de nuestra época, buscamos paz, esperanza y sentido para nuestra vida. El sábado nos trae cada semana seguridad y esperanza. Nos recuerda que nuestro origen y nuestro destino nos unen a Dios. Renueva nuestro sentido de continuidad con el pasado, jalonando nuestra vida con su luz, iluminando nuestros valores presentes y nuestras expectativas futuras. El sábado nos invita a descansar en Dios en medio del inquieto intermedio de nuestra vida mientras esperamos el descanso final (y sin fin) y la paz perfecta de Dios (Heb. 4:9), para la que fuimos creados. Este es el mensaje del sábado: la gozosa celebración de nuestro origen.

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