Читать книгу Reposo divino para la inquietud humana онлайн

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El debate entre esas dos posiciones opuestas se ha reavivado repetidas veces en diferentes países,172 y los dos puntos de vista están todavía muy lejos de conciliarse. Dos estudios recientes, el uno de Willy Rordorf (1968)173 y el otro de Roger T. Beckwith y Wilfird Stott (1978)174 ilustran bien la situación. Rordorf propugna la tesis de que el sábado no es un precepto creacionista que afecta a los cristianos, sino una “institución social” introducida después de la ocupación de Canaán y anulada por Cristo. De ese modo, desvincula completamente del cuarto Mandamiento la celebración del domingo, pues la considera una creación exclusiva de la iglesia cristiana, introducida para conmemorar la resurrección de Cristo por medio de la Cena del Señor.175 Al cortar todos los lazos con el mandamiento del sábado, Rordorf reduce el domingo a una hora de culto programada según las demandas de la vida moderna. Las implicaciones prácticas de esta posición son evidentes. Llevadas a sus últimas consecuencias significarían el “certificado de defunción del domingo”,176 ya que, con el tiempo, hasta esa hora de culto puede ser fácilmente devorada por el vertiginoso horario de la vida moderna.

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