Читать книгу Nuestro maravilloso Dios онлайн

9 страница из 175

Al entrar en el último cuarto de milla, Landy iba al frente. Cuando apenas faltaban unos ochenta metros para la meta, Landy escuchó un gran alboroto proveniente de la multitud. Eso podía significar solo una cosa: que Bannister se estaba acercando peligrosamente. Entonces, justo antes de la línea de llegada, Landy miró hacia atrás, a su izquierda. Quería asegurarse de la posición de su rival. En ese mismo instante, Bannister lo superó por el lado derecho, ¡justo cuando llegaban a la meta! Una estatua en Vancouver se erige hoy en recuerdo del dramático final.

El nuevo año ha comenzado. El mundo nos observa. ¿Cómo correremos “la carrera que tenemos por delante”? He aquí un plan con resultados garantizados.

Teniendo en cuenta

Que no estamos solos en esta carrera, y que tenemos ante nosotros “tan grande nube de testigos”, los fieles hombres y mujeres que nos precedieron y que vencieron gracias a la sangre del Cordero.

Resolvemos

1 Que nos despojaremos “de todo peso y del pecado que nos asedia”.

Правообладателям