Читать книгу Club de brujas. Una guía de inicio al Tarot y la Astrología онлайн

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Otro antecedente significativo que surge en este período es la baraja Sola Busca, la primera en presentar setenta y ocho arcanos completamente ilustrados (tanto “triunfos” como “menores”). Actualmente solo se conoce un ejemplar, alojado mayoritariamente en el museo Albertina, en Viena.

En el siglo XVIII, aparece una de las barajas de uso más popular hoy: el Tarot de Marsella, con una estructura similar a sus antecesores, en ella los “triunfos” tienen los nombres con los que los conocemos hoy en día. Algunos de los autores esotéricos surgidos en esta época contribuyeron con su popularidad. Los ejemplos más prominentes son Antoine Court de Gebelin y Eliphas Lévi, que relacionaron el Tarot con el misticismo egipcio y la Cábala. Por esto último es que a veces se piensa –erróneamente– que el Tarot es mucho más antiguo de lo que realmente es. La relación entre estos marcos espirituales y el Tarot solo tiene un par de siglos.

El Tarot se volvió un objeto de consumo masivo con la aparición del Tarot Rider-Waite-Smith, diseñado por Arthur Edward Waite y Pamela Colman Smith en 1910. Ambos pertenecían a la Orden Hermética de la Aurora Dorada, una agrupación esotérica que estudiaba la Cábala, la Astrología, el hermetismo, la magia ceremonial y el Tarot. El Tarot Rider-Waite-Smith es una reinterpretación del Marsella, alineada con estos conocimientos esotéricos. Si bien los “triunfos” –ahora conocidos como arcanos mayores– emulan aquellos en la baraja de Marsella, las cartas españolas –arcanos menores– poseen ilustraciones similares a la baraja Sola Busca. Aunque han surgido otras barajas prominentes a lo largo del siglo XX (quizás la más llamativa entre ellas, por los cambios que introdujo y la fuerza de sus imágenes, sea el Tarot Thoth, de Aleister Crowley y Lady Frieda Harris), los Tarot de Marsella y Rider-Waite-Smith siguen vigentes en popularidad y uso.

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