Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

661 страница из 1361

El Espantapájaros, que iba a la cabeza del grupo, descubrió al fin un corpulento árbol dotado de ramas tan extendidas hacia los costados que por debajo podrían pasar todos ellos. Al observar el espacio libre, encaminóse hacia el árbol, mas cuando llegaba debajo de las primeras ramas, éstas se inclinaron y se enroscaron en su cuerpo, levantándolo acto seguido para arrojarlo con fuerza hacia donde se hallaban sus compañeros de viaje.

Aunque esto no le hizo daño, no dejó de sorprenderlo, y el pobre hombre de paja parecía un tanto atontado cuando Dorothy lo ayudó a levantarse.

—Allí hay otro espacio entre los árboles —anunció el León.

—Déjenme probar a mi primero —pidió el Espantapájaros pues no me hace daño que me arrojen a tierra.

Así hablando, encaminóse hacia el otro árbol, pero las ramas lo apresaron inmediatamente y volvieron a arrojarlo al suelo.

—Es muy extraño —dijo Dorothy—. ¿Qué podemos hacer?

—Parece que los árboles han decidido luchar contra nosotros para impedir nuestro viaje —comentó el León.

Правообладателям