Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

663 страница из 1361

Los cuatro amigos marcharon tranquilamente por entre los árboles hasta llegar al otro lado del bosque, y allí, para su gran sorpresa, se hallaron frente a un alto muro que parecía de porcelana blanca. Era tan pulido como la superficie de un plato y se elevaba muy por encima de las cabezas de todos ellos.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Dorothy.

—Fabricaré una escalera —manifestó el Leñador—, pues no cabe duda que debemos pasar por sobre ese muro.

CAPÍTULO 20

EL DELICADO PAÍS DE PORCELANA

Mientras el Leñador hacía la escalera con troncos delgados que halló en el bosque, Dorothy acostóse a dormir, pues la larga caminata habíala fatigado. El León también se echó a descansar y Toto se acurrucó a su lado.

El Espantapájaros se quedó mirando al Leñador mientras éste trabajaba.

—No se me ocurre por qué razón está aquí este muro ni de qué está hecho —le dijo.

—No canses tu cerebro ni pienses en el muro —repuso el Leñador—. Cuando lo hayamos salvado, ya sabremos lo que hay detrás de él.

Al cabo de un tiempo estuvo lista la escalera, que parecía un tanto rústica, aunque el Leñador afirmó que era fuerte y serviría para lo que la necesitaban. El Espantapájaros despertó a los durmientes y les dijo que ya tenían los medios para subir a lo alto del muro. El mismo subió primero, pero lo hizo con tanta torpeza que Dorothy tuvo que seguirlo de cerca a fin de evitar que se cayera. Cuando su cabeza sobrepasó la parte superior de la pared, el hombre de paja exclamó:

Правообладателям