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—Nos iremos mañana por la mañana —dijo el Espantapájaros—. Ahora vamos a prepararnos; el viaje será largo.

CAPÍTULO 19

EL ATAQUE DE LOS ARBOLES BELICOSOS

La mañana siguiente Dorothy se despidió con un beso de la bonita doncella verde y después saludaron todos al soldado de la barba que los había acompañado hasta la puerta. Cuando el guardián volvió a verlos, se extrañó mucho de que quisieran salir de la hermosa ciudad para correr nuevas aventuras; pero en seguida les quitó los anteojos, que volvió a guardar en la caja verde, y les deseó muy buena suerte.

—Ahora eres nuestro gobernante —dijo al Espantapájaros—. Así que debes volver lo antes posible.

—Lo haré si puedo —fue la respuesta—. Pero primero debo ayudar a Dorothy a regresar a su hogar.

Al despedirse del bondadoso guardián, la niña le dijo:

—Me han tratado muy bien en tu bonita ciudad, y todos han sido muy buenos conmigo. No sé cómo agradecerles.

—No lo intentes siquiera, querida —repuso él—. Nos gustaría conservarte con nosotros, pero, ya que deseas regresar a Kansas, espero que encuentres el camino.

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