Читать книгу Cómo construir matrimonios felices онлайн

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Los estudios estadísticos son reveladores al medir la incidencia que tiene la relación de pareja en las emociones y el bienestar. Por ejemplo, si una persona se separa, su felicidad desciende 8 puntos; cuando se divorcia, la pérdida es de 5 puntos. Otro golpe muy duro es la viudez, que produce 4 puntos menos de felicidad.2 Por otra parte, las estadísticas también señalan que los casados son doblemente más felices que los solteros, separados, divorciados o viudos.3 La máxima felicidad se alcanza al año de contraer matrimonio. Después del primer año, se adquiere cierta rutina y la gente empieza a ser un poco menos feliz, pero continúa siendo más feliz de lo que era antes de casarse. Con el divorcio ocurre algo parecido, pero de forma inversa. Antes del divorcio, la gente empieza a ser menos feliz. El año del divorcio es el peor de todos. Después del año, los varones vuelven paulatinamente al nivel de felicidad inicial, pero las mujeres continúan sufriendo.

Son entendibles las ventajas del matrimonio. Los cónyuges aportan amor y comodidad, comparten recursos, disfrutan de la vida sexual, que es más activa y satisfactoria que la de los solteros. La gente casada goza de mejor salud y vive más años. A pesar de que la cohabitación es cada vez más frecuente, no se ha demostrado hasta ahora que constituya una forma de relación tan estable como el matrimonio. Por supuesto, lo importante es la calidad y la estabilidad de las relaciones, más que el formalismo de pasar por el Registro Civil.

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