Читать книгу Camino al Armagedón онлайн

62 страница из 127

El orgullo es una emoción, y si se usa correctamente es una buena emoción. Completar una tarea difícil se siente bien, y debería ser así. Crear una obra de arte hermosa se siente bien, ¡y debería ser así! El éxito se siente bien, y debería ser así. Todos estos son motivos poderosos. Lucifer seguramente tuvo esta buena clase de orgullo durante años, quizá siglos o incluso milenios, antes de su caída. Y estaba bien. Dios nos creó para tener estos sentimientos satisfactorios acerca de nuestros logros.

Pero entonces Lucifer observó que Miguel tenía privilegios que iban más allá de los suyos. Todos los ángeles adoraban a Miguel. Miguel asistía a los concilios de la Deidad. Miguel tenía mayor autoridad sobre los ángeles que Lucifer. ¡Miguel incluso tenía la autoridad para dar órdenes a Lucifer! Sin embargo, Miguel parecía ser un ángel como los otros ángeles. Al principio, Lucifer probablemente sintió una punzada de resentimiento: ¿Quién es él para mandonearme? Con cada orden que Miguel le daba, el resentimiento de Lucifer aumentaba. Luego comenzó a comparar su propia apariencia y su propia posición con la de Miguel, y llegó a la conclusión de que en realidad era más grande que Miguel. De hecho, puesto que la humildad es una de las características más particulares de Cristo (Fil. 2:5-11; Juan 13:2-17), es completamente posible que su apariencia fuera más simple que la de Lucifer. Pero aun así los celos se apoderaron de él.


Правообладателям