Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Privándose del sueño y recortando aun el tiempo dedicado a sus escasas comidas, se deleitaba en el estudio de la Palabra de Dios. Había encontrado un ejemplar encadenado al muro del convento, y allí recurría a menudo.

Llevó una vida muy rigurosa, tratando, mediante el ayuno, las vigilias y los azotes, de dominar los males de su naturaleza. Más tarde dijo: “Si alguna vez un monje pudiera obtener el cielo por sus obras monásticas, yo ciertamente tenía derecho a ello... Si hubiera continuado mucho tiempo más, mis mortificaciones me habrían llevado aun hasta la muerte”.ssss1 Pero a pesar de todos sus esfuerzos, su alma cargada no encontró alivio. Finalmente llegó al límite de la desesperación.

Cuando parecía que todo estaba perdido, Dios le dio un amigo. Staupitz ayudó a Lutero a comprender la Palabra de Dios, y le pidió que dejara de mirarse a sí mismo y fijara la vista en Jesús. “En vez de torturarte debido a tus pecados, arrójate en los brazos del Redentor. Confía en él, en la justicia de su vida, en la expiación de su muerte... El Hijo de Dios... se hizo hombre para darte la seguridad del favor divino... Ama al que te amó primero”.ssss1 Sus palabras hicieron una profunda impresión en la mente de Lutero. Su alma atribulada se vio inundada de paz.

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