Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Praga se llenó de tumultos. Muchos denunciaban a Hus y demandaban que fuera entregado a Roma. Para calmar la tormenta, el reformador se retiró por un tiempo a su aldea nativa. Pero no cesó en sus labores, sino que viajó por el campo predicando a las multitudes ansiosas. Cuando la excitación de Praga se apaciguó, Hus regresó para continuar predicando la Palabra de Dios. Sus enemigos eran poderosos, pero la reina y muchos nobles eran sus amigos, y el pueblo, en gran número, estaba con él.

Hus había estado solo en sus labores. Pero ahora Jerónimo se unió a la Reforma. En lo sucesivo los dos unieron sus vidas, y no estuvieron distanciados en la muerte. En las cualidades que constituían la verdadera fuerza de carácter, Hus era el mayor. Jerónimo, con verdadera humildad, percibió los valores de aquél y seguía sus consejos. Bajo la dirección de esta unión, la Reforma se extendió rápidamente.

Dios permitió que brillase una luz mayor en la mente de esos hombres escogidos, y les reveló muchos de los errores de Roma, pero no tuvieron aún toda la luz que había de ser dada al mundo. Dios estaba sacando al pueblo desde las tinieblas del romanismo, y lo dirigía paso a paso, conforme a la fuerza de ellos. Como la plena gloria del sol del mediodía en el caso de los que han estado por largo tiempo morando en la oscuridad, la luz en su totalidad los habría hecho retroceder. Por lo tanto, Dios la reveló poco a poco, a medida que podía ser soportada por el pueblo.

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