Читать книгу Conflicto cósmico. Acontecimientos que cambiarán su futuro онлайн

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Mientras tanto otro viajero se acercaba a Constanza. Hus dejó a sus amigos como quien nunca va a encontrarse de nuevo con ellos, sintiendo que su viaje lo conducía a la estaca de la hoguera. Había obtenido un salvoconducto del rey de Bohemia y también uno del emperador Segismundo. Pero hizo todos sus arreglos en vista de la probabilidad de su muerte.

El salvoconducto del rey

En una carta a sus amigos les decía: “Hermanos míos... parto con un salvoconducto del rey para hacer frente a mis numerosos y mortales enemigos... Cristo Jesús sufrió por sus muy amados; y por lo tanto, ¿habremos de extrañarnos de que él nos haya dejado su ejemplo?... Por lo tanto, amados, si mi muerte debe contribuir a su gloria, oren para que se realice rápidamente, y que él me habilite a soportar todas mis calamidades con constancia... Oremos a Dios para que yo no suprima una sola tilde de la verdad del evangelio, con el fin de dejar a mis hermanos un ejemplo excelente para seguir”.ssss1

En otra carta, que escribió a un sacerdote convertido al evangelio, Hus hablaba con humildad de sus propios errores, acusándose a sí mismo “de haber sentido placer al usar ricos ropajes y haber malgastado tiempo en ocupaciones frívolas”. Entonces añadía: “Que la gloria de Dios y la salvación de las almas ocupen tu mente, y no la posesión de beneficios y propiedades. Cuida de no adornar tu casa más que tu alma; y, por encima de todo, presta atención al edificio espiritual. Sé piadoso y humilde con los pobres, y no consumas tus recursos en festines”.ssss1

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