Читать книгу El fascista estrafalario. Volumen II онлайн

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Y sin embargo -contradictorio él- con el tiempo acabaría relacionando los sucesos revolucionarios anticlericales con la violencia surrealista.111

Aquella no fue la única vez que se produjeron disturbios en el Cine Club. Según cuenta también en sus memorias:

…en eso de los films rusos ningún recuerdo más sensacional que aquel Acorazado Potemkin (que proyecté yo el primero en España, y ofrecí en el cine de la Prensa, en colaboración con Ramón Franco, armándose tal escándalo que las luces se apagaron y sonaron unos tiros).112

Precisamente la película de Eisenstein -a quien Giménez Caballero había conocido en persona en 1929- fue la última proyección de su Cine Club, que no sobrevivió a las turbulencias políticas de la época. En total fueron 21 sesiones entre los años 1928 y 1931.

Su interés por el cine contaba con cierto respaldo teórico. Lo concebía (y en eso coincidía con Dalí y con Buñuel) como ´un arte total´. Sostenía que estaba destinado a producir un efecto similar al que en su momento había tenido la imprenta. Que se convertiría en una herramienta para

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