Читать книгу El mercado de la salvación. Las estrategias de negocios que comparten empresas y religiones онлайн

55 страница из 73

Epimeteo les dio velocidad a algunas criaturas y a otras les dio fuerza. Fue así como dotó a las diferentes especies con características propias que les ayudaran a sobrevivir. En la distribución balanceó el poder de unas contra otras de forma de evitar la mutua destrucción. Luego de las cualidades para defensa y ataque les otorgó protección contra las inclemencias del clima. A algunas les dio piel gruesa para escudarlas del calor y del frío, a otras pieles, a otras plumas, y así a todas las demás. Una vez que les había otorgado habilidades para defenderse de otros y del clima les hizo consumir distintos alimentos. Algunas se alimentarían con hierbas, otras con frutas, otras con raíces, otras con carne. Hizo que los depredadores fueran escasos en número y que sus víctimas se reprodujeran en abundancia para mantener su especie.

Pero Epimeteo, haciendo honor a su nombre (que significa cosas como “el que comprende después”, el que “actúa sin reflexionar” y el que “va siempre un paso atrás”), no era muy sabio y despilfarró los recursos antes de dar alguna cualidad a los hombres. Al final del reparto los humanos quedaron desnudos, con limitada fuerza y sin armas naturales. Quedaron a merced del clima y de las otras especies. Cuando se dio cuenta del error, era tarde para arreglarlo.

Правообладателям