Читать книгу El mercado de la salvación. Las estrategias de negocios que comparten empresas y religiones онлайн

60 страница из 73

Prometeo es el arquetipo del pensamiento productivo, mientras que Epimeteo encarna el pensamiento creativo. Cada uno de ellos da diferente sentido a la expresión del “valor”. Por un lado, el “valor de uso” (Epimeteo) y por otro el “valor de cambio” (Prometeo)51, anclado en el paradigma de la racionalidad productiva, de la división del trabajo, de la especialización, de la eficiencia, de las metas, de la utilidad y de la cuantificación.

Una primera lectura de los valores prometeicos nos haría asimilar su ética a la protestante, propia del espíritu capitalista, tal como la describiera Max Weber52. Una ética del trabajo diferente a la de aquellos pueblos mediterráneos íntimamente ligados a los de la Magna Grecia. Por eso no es casual que su figura dorada adorne el Rockefeller Center, la meca del capitalismo53 en la década de 1920, ubicado en Nueva York. Tal vez deberían haber realizado otra estatua para Epimeteo, el dios del consumo, la otra pata del capitalismo.

Para la ética protestante el trabajo es un fin en sí mismo. El mero hecho de trabajar hace a la gente virtuosa y la acerca a Dios. Vimos que Prometeo no se muestra en absoluto adepto al trabajo: apenas su hermano le ofrece hacer la tarea de repartir las habilidades, acepta gustoso. Declina realizar el trabajo en persona justamente porque está orientado a metas: si el “tonto” de su hermano quiere trabajar, pues que lo haga, en la medida que se consigan los resultados esperados.

Правообладателям