Читать книгу ¿Qué queda del padre?. La paternidad en la época hipermoderna онлайн
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En L’uomo senza inconscio [El hombre sin inconsciente] ya planteaba el problema de lo que queda del padre en la época que decreta su evaporación.4 De hecho, nuestro tiempo se caracteriza por el ocaso definitivo de la figura edípica del padre que hacía posible la asociación entre Ley y deseo a partir del valor ideal que la imagen del pater familias detentaba en la familia y en la sociedad. Su potencia fálica era herencia directa de la potencia teológica del Dios-Padre de la tradición religiosa, vinculando la ley y el deseo en un matrimonio fundado trascendentalmente. Lacan celebra a su manera este matrimonio con la teoría del Nombre-del-Padre, en la que la función eminentemente simbólica de la Ley de castración trasciende a la figura real del padre. El Nombre-del-Padre no es el padre real, sino un puro símbolo que opera sobre el fondo del borramiento del padre real. Donde hay Nombre-del-Padre, el padre real siempre está muerto. Por el contrario, cuando sobrevive el padre real, como en la psicosis, muestra una potencia obscena y destructiva, totalmente adversa a la Ley simbólica. Por ello Lacan acabará por identificar el Nombre-del-Padre a la acción del lenguaje que sanciona la imposibilidad para el ser hablante de alcanzar directamente la Cosa del goce.