Читать книгу Estoy en el mundo, soy de Dios. Fe y relativismo. Un testimonio abierto al diálogo онлайн

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Un pedido

de apertura

¿Es necesario pedir esto? ¿No es acaso el tiempo de la tolerancia, del ser abiertos? Digamos que, para algunas ideas, propuestas y formas de vida, sí. Para otras, no. De hecho, llegan a confluir gestos que asumen las grandes diversidades y otros de extrema intolerancia.

A su vez, el “todo vale” convive con una actitud acusadora hacia lo que molesta o llega a poner en duda que todo dé igual; y cabe reconocer que hoy, para muchos, lo que suena a cristiano, molesta; y lo que suena a Iglesia, más. Podríamos entrar en detalles sobre si lo que provoca esa molestia no es, en realidad, lo discordante con lo verdaderamente cristiano y el ser de la Iglesia (es decir, lo no genuino, lo incoherente), o cuántas imágenes tergiversadas hay de por medio, pero dejémoslo así. Como sea, creo que cabe el pedido de apertura.

Es notorio cómo cuesta que sea bien recibida cualquier palabra o actitud que afirme una verdad en la que se cree, que no esté alineada con la radicalidad del relativismo imperante. Qué difícil es ser escuchado ahí donde el mismo relativismo, que cuestiona las supuestas seguridades en todos los campos, se convierte en imposición y contradice sus normas más básicas de tolerancia. ¿O podemos negar que se vuelve rígido y exigente con quien no quiere vivir bajo su reinado? Por supuesto que podríamos plantear esto mismo, digamos, a la inversa. Quiero decir, podría pasar al revés, y que lo impuesto viniera de quien afirma esa verdad en la que cree. No dejo de identificarlo y tener en cuenta la necesidad de transformarlo, ya que ninguna imposición nos garantiza el camino a la verdad y, mucho menos, a la belleza de encontrarla y reconocerla.

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