Читать книгу Cetreros I. Profecía онлайн

79 страница из 104

Las autoridades de Defensa, tanto de nuestro país, como de otras naciones, se niegan a proporcionar cualquier tipo de información; cosa común desde hace años —sonrió leve y torcidamente —. Solamente aseguran que no son naves de guerra. —Nuevo alzamiento de ceja—. Sin embargo, un empleado de la NASA, que pidió no se citara su nombre, mencionó que no existen muchos datos disponibles, solo que los objetos aparecen y desaparecen sin ser rastreados de forma alguna. Lo de siempre —añadió ahora con un leve tono de burla.

A continuación —indicó mirando hacia su derecha— presentaremos una holofoto tomada por un turista japonés con su holocámara de alta velocidad cuando estaba en la cubierta del Storm II, uno de los nuevos megacruceros turísticos en viaje por el Caribe. La imagen ha sido retocada por nuestros técnicos y, según la opinión de algunos de nuestros asesores expertos, esto es un avión —indicó con sorna—. Lo dejamos a su criterio, estimado holovidente.

Lisse Scott contempló absorta una hermosa imagen tridimensional, no muy clara a pesar del mencionado retoque, de lo que parecía un elegante y ultramoderno avión negro. Parecía algo incongruente en su luminosa y blanca cocina, que literalmente resplandecía esa mañana. Destacaba como un negro halcón en el cielo azul del cubo de imagen. No sabía mucho de aeronaves, pero su hijo Mitchell sí, y según recordaba, ese se parecía a un avión espía del cual no recordaba el nombre, pero que había motivado una larga, muy larga, conferencia por parte del muchacho. Miró la hora en la pantalla y al ver luego su reloj, comprobó lo que temía: ya se le había hecho tarde.

Правообладателям