Читать книгу Canciones de lejos. Complicidades musicales entre Chile y México онлайн
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Tentó su suerte en Argentina, Perú, Ecuador, Puerto Rico, pero el país azteca la recibió con mariachis en el aeropuerto y un contrato televisivo digno de estrellato a comienzos de 1973. El programa era nada menos que Siempre en domingo, conducido por Raúl Velasco, que se había estrenado en 1969. A los pocos días, Palmenia ya era reconocida en las calles por sus nuevos seguidores gracias a su sencillo recién reeditado, “Ajeno”, que volvió a grabar a cuatro días de llegar al país.
Palmenia llenó tres veces el popular Teatro Blanquita, que le recordaba al Caupolicán de Santiago. “Fue su gran recibimiento popular”, según la biografía Qué lindo canta Palmenia. Trataba de actuar allí cada vez que podía para mantener el lazo con sus seguidores acérrimos y que tenían menos recursos. Fue en uno de esos espectáculos donde colapsó en el escenario al estar sin noticias de su familia luego del golpe de Estado. Recuerda: “Estaba cantando una balada de Marco Aurelio, que dice: ‘Quiera Dios que te ilumine y al final guíe tu paso’. Es una canción de mucha fuerza y es muy triste, y alcanzo a cantar esa frase y caigo”. En un escenario, por decir opuesto, se presentó en el Conservatorio Nacional de Música, dando un concierto llamado Latinoamérica en la voz de una mujer: Palmenia Pizarro, donde conquistó a los seguidores de música selecta. Su éxito era entonces transversal.