Читать книгу Canciones de lejos. Complicidades musicales entre Chile y México онлайн

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Las tres estrellas tuvieron su ruta distintiva de Chile a México. Monna Bell pasó de los salones al cine. Decir que fue descubierta por el director Inglez queda casi como un despropósito con todo lo que logró después, musicalizando innumerables bandas sonoras y momentos de la vida de los mexicanos. El tratamiento que le dio la prensa era afín a la época dorada del cine en que el glamur de una estrella sobrepasaba la construcción de una artista en su trabajo. Sonia la Única partió con su hermana Myriam y juntas se hicieron conocidas internacionalmente como “las chilenas”. Pero soltando la mano de su compañera, se embarcó como solista con una seguridad implacable; y llegar a tener un programa de televisión para ella sola en un país extranjero no lo cuenta cualquiera. Estas dos cantantes pueden haber pavimentado la llegada de Palmenia Pizarro a México, pero sus méritos y camino se sostenían por sí solos con convicción y decisiones correctas. De la radio a teatros llenos de miles de personas pasó a tener un contrato televisivo con el programa del momento para toda Latinoamérica y un sinfín de otros logros. Las tres hicieron bolero en una época en que el twist y el rock and roll era lo que se llevaba. Es mejor, a veces, ir a contracorriente.


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