Читать книгу Santa María de Montesa. La orden militar del Reino de Valencia (ss. XIV-XIX) онлайн
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Otro de los acuerdos tomados fue el nombramiento del jurista Pere Celma, residente en Valencia, para desempeñar el oficio de abogado de la Orden con carácter vitalicio, quien por ello recibiría anualmente la cantidad de 400 sueldos, la mitad por San Juan y la otra por Navidad. En el supuesto de que tuviese que salir de la ciudad de Valencia por asuntos relacionados con cualesquiera causas o lites relativas a la Orden de Montesa, se le asignaría un escudero y dos palafreneros, así como dos animales de monta y carga para transportar cuanto necesitase. Si fuese necesario llevar libros, se añadiría un tercer animal de carga.ssss1
Ese mismo día, seguramente ya fuera del capítulo, nombró a frey Fernando Pérez de Aragónssss1 comendador del castillo de Perputxent, convirtiéndose en el primer freire comendador de una encomienda de la Orden, aunque fue una decisión circunstancial, pues por aquellas fechas, apenas tres semanas después del nombramiento del maestre Soler, no se tenía una idea totalmente clara del modo en que se estructuraría la nueva orden, por lo que podría decirse que todos sus miembros estaban en expectativa de destino. Ahora bien, la situación cambió de manera muy significativa a partir de 1321, como veremos después, porque cada uno ya había ocupado el lugar que le correspondía y, por tanto, podemos hablar desde entonces de normalidad dentro del organigrama institucional.