Читать книгу Santa María de Montesa. La orden militar del Reino de Valencia (ss. XIV-XIX) онлайн

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Los papas, que habían defendido algunos de estos proyectos de unificación, hubieron de plegarse a la negativa de los reyes, pero eso no les impidió que intensificaran sus críticas sobre la ineficacia de las órdenes militares. De hecho, en 1320, ante los rumores que circulaban, Juan XXII ordenaba a su legado en la Península que investigara en qué se gastaban santiaguistas, calatravos y alcantarinos sus rentas y por qué desatendían la defensa de la frontera granadina.ssss1 Más adelante, en 1327, el propio papa denegaba a Alfonso XI la creación de una nueva orden en Castilla al estilo de Montesa o Cristo, porque dudaba mucho de que pudiera tener alguna utilidad.ssss1

El escepticismo del papa acerca del valor de las órdenes militares, en el caso concreto de la de Calatrava, pudo verse reforzado por el proceso al que fue sometido en 1325 ante la corte real su maestre, García López de Padilla, imputándole cargos tan graves como dejación de fortalezas fronterizas y huida del propio escenario del combate. El resultado del proceso fue su deposición.ssss1

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