Читать книгу Santa María de Montesa. La orden militar del Reino de Valencia (ss. XIV-XIX) онлайн

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La constitución de un nuevo maestrazgo calatravo en Aragón no fraguó por la oposición del papa, sin duda temeroso de crear un cisma tan grave en el seno de la Orden de Calatrava. Pero es un antecedente que es preciso tener en cuenta para explicar el nacimiento, solo seis años después, de la Orden de Montesa. No vamos a analizar esta cuestión, objeto de tratamiento específico de otra intervención del presente congreso, pero, si como todo indica, la nueva orden fue fruto de un segundo intento real por crear una institución religioso-militar propia, habría que preguntarse por qué no fue García López de Padilla propuesto para cubrir su maestrazgo, teniendo en cuenta su escaso enraizamiento en el tejido social de Castilla y de su propia orden.ssss1

La respuesta debe relacionarse con las nuevas circunstancias por las que atravesaba la procelosa trayectoria del maestre castellano. En el momento del nacimiento del proyecto montesiano, López de Padilla había afianzado posiciones en la Corte de la mano del hombre fuerte de la regencia de Alfonso XI, el infante don Pedro, apoyado también por el rey Jaime II, su suegro.ssss1 En estas condiciones, el maestre calatravo podía recuperar el control de su orden, y a su vez el rey aragonés crear la suya propia con la colaboración activa de García de Padilla. Esa colaboración pasaba por una moderada dependencia disciplinaria de la nueva orden respecto a Calatrava y por ignorar la sugerencia papal de suprimir la encomienda mayor de Alcañiz y aplicar sus territorios y rentas dependientes a la Orden de Montesa. Las aparentes dificultades del proceso de constitución de la nueva milicia y las trabas que el maestre calatravo pudo poner en práctica a lo largo de este no deben confundirnos.ssss1

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