Читать книгу El precio de la democracia онлайн

117 страница из 141

Nótese que este gasto fiscal por adulto es relativamente similar al que podemos observar en el caso de Francia (56 millones de euros anuales dedicados a la desfiscalización de las donaciones a partidos, o sea 1.08 euros por adulto), y esto a pesar de que en Francia hay una política fiscal más generosa (reducción fiscal de 66% asociada a las donaciones de hasta 7500 euros a partidos políticos).

No obstante, en Alemania no existe límite para las donaciones, ni a las provenientes de individuos ni —cosa aún más problemática— de empresas. En el capítulo 7 hablaré de los problemas planteados por el hecho de que cierto número de empresas aportan cientos de miles de euros anuales a los partidos políticos y que muchas lo hacen independientemente del color del partido: ¿qué busca una empresa que firma cheques al SPD y a la CDU a la vez, si no influencia? Pero no nos adelantemos y terminemos nuestro recorrido por el mundo del financiamiento privado. Antes de hablar de desviaciones, pongámonos un poco optimistas: en efecto, si bien Alemania sufre por la ausencia de regulación del financiamiento privado de la democracia, ha sabido innovar en cuanto a su financiamiento público. En cada experiencia nacional hay cosas buenas que tomar, así como errores que no debemos reproducir.

Правообладателям