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¿Qué hay de las reglas relativas al reintegro de una parte de las subvenciones de funcionarios electos a los partidos de derecha (quiero decir, los partidos a la derecha de La République en Marche)? Entre Les Républicains, de algún modo las cosas se hacen dos veces peor que en el Partido Socialista, pues oficialmente los funcionarios electos no deben aportar al partido más que 5% de sus subvenciones, porcentaje que, sin embargo, no está consignado en documento oficial alguno. Ah, la transparencia… La extrema derecha no actúa mucho mejor, pues te cuelgan el teléfono en las narices cuando abordas el tema. Por cierto, el reintegro de una parte de las subvenciones ni siquiera se menciona en los estatutos del Frente Nacional.

¿Qué hacer, pues, para conocer el monto de las subvenciones reintegradas, cuando nuestros funcionarios electos nos dejan tan confundidos? Yo me divertí haciendo una pequeña regla de tres, cálculo ciertamente imperfecto, pero que no habría tenido que hacer a priori si los partidos mostraran más transparencia. Para 2014 y 2015, calculé para cada uno de estos partidos el monto total de las remuneraciones pagadas a los funcionarios electos (número de diputados multiplicado por su salario, más número de senadores multiplicado por su salario, etcétera, tomando en cuenta todos los cargos de elección pública). Luego comparé este monto con las cuotas pagadas por los funcionarios electos a sus partidos (tal como están reportadas en las cuentas de cada partido), lo cual me permitió obtener una medida “revelada” de la retrocesión. Los resultados son impactantes: mientras que los comunistas entregan más de la mitad de su subsidio al partido a nivel nacional (los funcionarios locales hacen contribuciones a las asociaciones departamentales de financiamiento),30 y los de EELV la tercera parte, esta proporción disminuye conforme nos desplazamos hacia la derecha del espectro político (figura 31). Destacaré en particular el caso de Les Républicains, que ni siquiera se atienen al de por sí exiguo 5% anunciado. Aquí casi podríamos sentirnos tentados a utilizar la propensión de los funcionarios electos a hacer contribuciones financieras a su partido como medida de su posicionamiento político en un eje izquierda-derecha. Y a decir verdad, en vista de las discusiones en el seno de En Marche! —¡no olvidemos que se trata de un partido de empresarios!—, el movimiento del presidente corre el riesgo de no ubicarse lejos de Les Républicains.

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