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¿Esta repartición varía según los diferentes partidos? La figura 30 muestra, para los cinco principales partidos, la importancia relativa media de estas tres fuentes de ingresos para todo el periodo (1993-2016). Aparecen claramente distintos modelos. Por una parte, para los partidos “de izquierda” —el Partido Comunista, el Partido Socialista y Europa Écologie-Les Verts—, las contribuciones de sus funcionarios electos son más bien mayoritarias, pues representan, respectivamente, 62%, 65% y 50% del total de “donaciones”, entendidas en sentido amplio. Por el contrario, este tipo de contribuciones apenas representan 13% del total de donaciones para el Frente Nacional y 12% para Les Républicains. ¿Será que los funcionarios electos de derecha se olvidan de aportar su diezmo al partido?


FIGURA 30. Repartición de donaciones, cuotas y contribuciones a los partidos políticos, por partido, en Francia, 1993-2016 (promedio).

Según toda evidencia, estas diferencias reflejan la existencia de cierto número de reglas en cuanto al pago de la cuota de los funcionarios electos. Para empezar, los comunistas —especificidad histórica que ha sobrevivido a través de las décadas— dan la totalidad de sus subvenciones al partido, que, en compensación, los sufraga, como ya vimos. En el Partido Socialista, aunque se permite cierta discreción a los grupos locales, la regla es que los funcionarios electos entreguen alrededor de 10% de sus subvenciones. A nivel nacional, los diputados y senadores entregan 500 euros mensuales (nótese aquí que el porcentaje sólo se aplica a la remuneración “directa”, aun cuando los parlamentarios, de hecho, duplican sus ingresos con los montos que reciben por el reembolso de sus gastos), mientras que la cuota es de 650 euros para los diputados europeos. Esta “regla” de 10% para el Partido Socialista está lejos de ser única de Francia: en Bélgica, por ejemplo, cada funcionario elegido del Partido Socialista también debe aportar al partido 10% de sus remuneraciones brutas provenientes de sus cargos políticos. El sistema de retrocesión más interesante en Bélgica es, sin duda alguna, el puesto en marcha por el Parti du Travail de Belgique [Partido del Trabajo de Bélgica], partido históricamente marxista-leninista que podríamos comparar con La France Insoumise [Francia Insumisa], y que ha decidido que cada uno de sus funcionarios electos conserve el “salario de trabajador” que recibía antes de su elección y entregue el resto al partido.

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