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Así pues, por doquier los partidos de derecha se benefician más de la generosidad de los donadores privados que sus homólogos de izquierda, pero sobre todo en países como Alemania o el Reino Unido, donde dicha generosidad no está regulada. Pero ¿son más ricos? Ya vimos, para el caso de Francia, que las contribuciones de los funcionarios electos pueden permitir compensar este déficit de financiamiento privado. ¿Qué tal en otras partes de Europa Occidental? La figura 33 representa, para los diferentes países, el monto anual promedio de las contribuciones de los funcionarios electos y las cuotas de los militantes que reciben los partidos. Muchos resultados son asombrosos. En primer lugar, las contribuciones de los funcionarios electos y las cuotas de los militantes son el reverso exacto de las donaciones privadas: en todos los países, los partidos de izquierda dependen mucho más de estas fuentes de financiamiento que los partidos de derecha. En segundo lugar, los partidos alemanes —tanto de derecha como de izquierda— son partidos de masas, un fenómeno muy comentado, estudiado, analizado y desmenuzado desde Maurice Duverger,34 y que aquí es muy evidente por la importancia de las cuotas de los militantes. Cada año, el SPD recibe el equivalente a 0.80 euros por alemán adulto por parte de sus militantes y la CDU, 0.60 euros. En el Reino Unido, el Partido Conservador no es un partido de masas; en proporción a la población adulta, es el partido que recibe el monto más bajo en cuotas de militantes. Por su parte, el Partido Laborista, históricamente surgido de los sindicatos, percibe más de 15 millones de euros anuales en cuotas de militantes, es decir 0.32 euros por adulto. Sin embargo, esto está cambiando y, desde 2015, las donaciones privadas de individuos y de empresas son, para el Partido Laborista, una fuente de ingresos más importante que las cuotas de los militantes.

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