Читать книгу El precio de la democracia онлайн

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Entonces, si como votante hace mucho que te hartaste del juego de la democracia —“¿de qué sirve moverme si mi voto cuenta tan poco, para qué seguir un equipo si el juego está arreglado?”—, como ciudadanocontribuyente deberías escandalizarte por este nivel de desigualdad y por la manera en que se gasta el dinero público. Un ejemplo: para un individuo con ingresos gravables de 100 mil euros, el costo real de una donación de 6 mil euros a un partido político es de 2040 euros. Los 3960 euros restantes van por cuenta del Estado, es decir, de los contribuyentes en su conjunto. ¿Cuál sería el costo de la misma donación para un estudiante, un trabajador precario o un jubilado con ingresos gravables menores de 9 mil euros? 6 mil euros.7 En Francia, más de la mitad de los hogares, en cuanto unidades fiscales, están exentos del impuesto sobre la renta, lo cual implica que, aunque esos contribuyentes tengan, por lo demás, una fuerte carga impositiva, deben pagar por completo sus contribuciones políticas, mientras que los más ricos están subvencionados por el Estado en dos terceras partes. El que más puede, menos paga: así funciona el sistema fiscal de financiamiento público indirecto de la democracia en Francia, un sistema retrógrado e injusto en el que los pobres pagan por los ricos.

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