Читать книгу El pensamiento crítico desde Sudamérica. Tres años de "Huellas de Estados Unidos" онлайн
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Finalmente, encontramos la relación que Donald establece con la llama, “ese altivo aristócrata de los Andes”, de acuerdo a la descripción que realiza la voz del narrador. En contraste con la actitud dócil y acrítica de todos los demás personajes latinoamericanos presentes en las producciones trabajadas, y al igual que el caballo que Goofy monta en uno de los otros cortos de la película, la llama se rebela frente a la avanzada del visitante. En ambos casos, sin embargo, la resistencia es vencida por el jinete extranjero de turno. De este modo, aún cuando la deliberada evasión de situaciones de conflicto entre los visitantes de Disney y los personajes locales humanos o animales humanizados es imprescindible para la finalidad diplomática de estas producciones, otros personajes completamente animales como la llama o el caballo permiten hacer explicita la sumisión de lo local.ssss1
En el corto ambientado en Chile, encontramos algo diferente. Aquí es donde al margen de aspectos tecnológicos y étnicos se produce una igualación simbólica entre el núcleo moral y cultural del país sudamericano y el atribuido a Estados Unidos. La historia, que podría haber sido la de una familia ideal estadounidense que deja ir a su único hijo a la guerra, es así: el papá avión, la mamá avión y el niño avión, Pedrito, componen una familia de aviones que vive en un aeropuerto en Chile. Pedrito recibe su primera misión de transporte de correo aéreo y para cumplirla debe cruzar la cordillera de los Andes, buscar su carga y regresar. El viaje sería sencillo de no ser porque en el medio del recorrido está el monte Aconcagua. Su presencia aterrorizante y las malas condiciones climáticas parecen derribar a Pedrito. Ante la demora, los padres lo lloran creyéndolo muerto, pero sin cuestionar la misión que lo arrebató. Finalmente, sobreviene el final feliz con misión cumplida y todo: el pequeño avión sobrevive y regresa a casa. Sobre el desenlace se enfatiza la moraleja de la historia. Aunque, la bolsa de correo sólo traía una postal con saludos, Pedrito, el joven avión que apenas vuela, ya prioriza el deber sobre la vida y no está en él ni en sus padres cuestionar las responsabilidades que su pertenencia a un esquema mayor de cosas le asigna.