Читать книгу El pensamiento crítico desde Sudamérica. Tres años de "Huellas de Estados Unidos" онлайн

84 страница из 119

Y de paso: en tanto que en la página final cada dibujo se corresponde con algún organismo de la ONU (los bien alimentados con la FAO, los saludables con la OMS), otros no tienen ilustración idónea pero de todos modos se incluyen: al Fondo Monetario Internacional se le asignan funciones cooperativas; al Banco Mundial, asistenciales. Son consejos previstos para el auxilio a la minusvalía que presentan las naciones incapaces de gobernarse por sí mismas —como establecía el apoplético Theodore Roosevelt mientras empuñaba el big stick para mantenerlas a raya—, de sostener sus economías “sanas” — como requería la “diplomacia del dólar” implantada por el presidente William Howard Taft— y de alejar a sus intelectuales de la ola roja que el malogrado John Fitzgerald Kennedy advirtió demasiado poderosa cuando propuso contrarrestarla con la Alianza para el Progreso.

Recordaré un episodio más en este rosario de iniquidades que me permite entrar en tema. Es una película producida en Estados Unidos, difundida a partir de esa maquinaria monstruosa que es Hollywood, que reedita una antigua y exitosa comedia negra aunque con cierto afán de crítica política del cual su antecedente carecía: The Addams Family Values.ssss1 Plegada a la práctica de las secuelas la película se difundió en Latinoamérica como Los Locos Addams II para acallar su verdadera tendencia a establecer valores disímiles de los de la sociedad de consumo en la cual están insertos, a su pesar, los personajes. La Viuda Negra que seduce al pasmoso Tío Lucas (Fester, en el original) es una asesina serial por insuficiencias consumísticas: mató a sus padres porque en lugar de la Barbie Princesa pretendieron conformarla con la Barbie Malibú, liquidó a su primer marido cuando él lamentó no poder comprarle ese año el Mercedes Benz y pretende ultimar al Addams calvo, que resiste hiperbólica e ingenuamente.

Правообладателям