Читать книгу El pensamiento crítico desde Sudamérica. Tres años de "Huellas de Estados Unidos" онлайн

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Es la misma contradicción que introducía el Tío Rico de Disney, en esa perversa familiaridad que ya subrayaran Ariel Dorfman y Armand Mattelart en el clásico Para leer al pato Donald en que las relaciones entre padres e hijos se sustituyen por las de tíos y sobrinos.ssss1 Ignorando su coincidencia con los formalistas rusos respecto del modo en que se organiza la historia literaria —y previsiblemente abjurando del Marx de El 18 Brumario de Luis Bonaparte que encuentra en Luis Napoleón la negación de las virtudes de su tío—, los personajes permiten que la herencia corra oblicuamente, de tío a sobrino, de modo que los más jóvenes de esa comunidad de patos tendrán acceso a las monedas de oro que celosamente evita gastar el avaro de galera y monóculo. Pero el libro de Dorfman y Mattelart es apenas una introducción a un tema que no ha sido demasiado atendido en su dimensión formativa: el modo en que la industria hollywoodense ha digitado la ideología de los niños en los países sujetos a su influencia, ha identificado los lugares de producción del mal de acuerdo con las políticas imperiales y se ha empeñado en modelar al perfecto ciudadano proimperialista.

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