Читать книгу Por un futuro rural. Innovación, renacimiento rural y nuevos itinerarios de desarrollo en la Argentina онлайн
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Para salir de esta trampa en la que nos encierra el criterio demográfico, en este libro nos inclinamos por una mirada muy amplia de lo rural, que no considera solo el número de habitantes. Así, definimos los territorios rurales como el vasto espacio geográfico conformado por campos, pueblos y también pequeñas ciudades, donde las personas mantienen relaciones de proximidad cotidiana unas con otras y un vínculo estrecho con la naturaleza, y donde predominan las actividades primarias, el procesamiento y los servicios ligados a ellas (agricultura, ganadería, agroindustria, prestación de servicios, turismo, etc.). Así, una pequeña ciudad que alcanza los 20.000 o 30.000 habitantes, si bien mantiene una estructura y funciones urbanas, puede ser considerada parte del mundo rural, ya que por su forma de organización sociocultural y su fuerte dependencia económica y funcional de los campos y pueblos vecinos está inmersa en una dinámica rural. Sin embargo, esto varía de acuerdo con las características de cada región, la distancia entre las ciudades y las vías de comunicación, la cultura local, entre otros factores. Según este criterio amplio, en la Argentina lo rural abarca más del 90% del territorio nacional e incluye a más del 30% de la población total del país. Los límites demográficos que diferencian lo urbano de lo rural son convenciones técnicas y político-administrativas; lo verdaderamente importante, entonces, son las formas de organización de la sociedad, los modos de producción y empleo, el tipo de relación que se establece con la naturaleza, la identidad de su gente y la dinámica del territorio en general.2