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La justificación de tal medida era el peligro sanitario y social (sin precedentes), a fin de mitigar la propagación del virus y su impacto en el sistema sanitario.

Estas severas medidas de aislamiento afectaron también a todo el sistema educativo nacional. El Ministerio de Educación de la Nación decretó:

En función de lo establecido por las autoridades sanitarias nacionales, el Ministerio de Educación de la Nación dispuso suspender las clases presenciales desde el pasado 16 de marzo y puso en marcha, a través de la resolución 106/20, el programa “Seguimos educando” para que las niñas, niños y adolescentes de la Argentina puedan continuar los estudios desde sus hogares. (Argentina.gov.ar, 20 de marzo de 2020)

Esto significó que, a partir de ese momento, se implementaran una cantidad de medidas para continuar con el sistema educativo en todos los niveles públicos y privados de todo el país, sin presencialidad. Los estudiantes y los maestros se debían quedar en casa.

Nos encontramos en octubre y muchas actividades comenzaron lentamente a reabrirse con protocolos y muchos cuidados. Fábricas, comercios, bares y algunos negocios comenzaron una nueva normalidad (debemos mencionar que la economía del país se vio fuertemente afectada, pero es otro tema que no se tratará en esta oportunidad). Sin embargo, lo referente a la escolaridad continúa sin modificación alguna. Es posible que antes de fin de año, algún tipo de regreso a las escuelas sea posible, pero hasta este momento en que me encuentro escribiendo estas líneas el debate está planteado, pero aún no resuelto. La cantidad de afectados por coronavirus aumenta de manera considerable y no nos encontramos dentro de los parámetros de seguridad propuestos por la OMS. Además, ejemplos de otros países en el mundo que regresaron a las aulas, pero tuvieron que volver a cerrarlas por el aumento de contagios. El gobierno argentino teme que los afectados por este virus no puedan controlarse y se produzca una saturación del sistema sanitario. Esto significa que los chicos en edades de formación primaria, secundaria y universitaria continúan su educación en forma remota, permaneciendo en sus hogares. Desde el comienzo de la cuarentena, las realidades de la vida cotidiana fueron cambiando: pasamos de cerrado total, a algunos permisos en algunas actividades. Sin embargo, en lo referente a la escolaridad con presencialidad, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires permite algunas alternativas, sobre todo en los niveles inicial y primario. Pero el nivel terciario y universitario continúa con clases a distancia.

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