Читать книгу Atención y concentración. Hacia una evolución dirigida de nuestro cerebro онлайн

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Dos personas van juntas en un automóvil. La que conduce está por comprar una casa en la zona por la que circulan. La otra, no.

Seguramente, la primera “ve” todos los carteles inmobiliarios colgados en las propiedades, mientras que la segunda ni siquiera los registrará: pasarán totalmente desapercibidos.

Esto ocurre porque el que quiere mudarse está atento a los estímulos relacionados con su interés de ese momento.

Existen dos grandes determinantes de la atención:

 Los internos, que son propios de cada individuo y tienen que ver, como en el ejemplo, con sus intereses y sus aspiraciones, con sus gustos, con las cosas que le sirven.

 Los externos, que se originan en el medio ambiente.

El mundo que nos rodea está repleto de estímulos, pero solo atendemos aquellos que son relevantes para nosotros (determinantes internos) o los que es imposible que nos pasen desapercibidos (determinantes externos).

Entre los primeros se encuentran los hechos, las personas, los objetos, los lugares o cualquier otro elemento que nos interese particularmente.

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